Recorriendo Palermo y sus mercados

En un principio no me pareció una ciudad fácil. Veníamos de estar en Munich, en Salzburgo; en la perla del Adriático, Dubrovnik... Y ahora en la capital de Sicilia. Contrastes e influencias, no es para cualquiera; hay que ver más allá de la suciedad de sus calles y los edificios que se caen a pedazos. 

Quattro Canti


Podría decir que se encuentra "atrapada en el tiempo". Con el correr de los días me fui encariñando con su historia, su gente, sus mercados... (Y con su gastronomía)





Recorrimos el Mercado de Ballaró y el de la Vucciria . Palermo se despierta cada mañana con los gritos de los vendedores que ofrecen sus mercaderías: carnes, pescados, coloridos puestos de frutas y verduras, especies, cabezas de pez espada y muchas otras cosas más. Los mercados son un reflejo de la ciudad: caóticos, ruidosos, agobiantes. Auténtico espíritu palermitano. 









Pizza, pasta, tiramisú, cannoli siciliani y fruta martorana (dulce típico siciliano, parecido al mazapán) Me comí todo. ¡Que viva Italia!
El mejor tiramisú del mundo, lejos.


Delicia

Frutta martorana, me hice fan.

Para escapar de la ciudad, nos fuimos a Mondello, un pueblito costero a 13 km de Palermo, a disfrutar de su playa. Una locura!









Sicilia es distinta a todo.

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